

Este complejo arquitectónico es uno de los sistemas más complicados y antiguos de la ciudad, tanto por sus dimensiones, el intrincado números de edificios y patios, como por los accesos intercomunicados que le dan al lugar el carácter de “acrópolis”.
Se alza sobre una colina rocosa, plena de escalinatas, estelas, cámaras funerarias y templos. La parte fundamental es el llamado Patio Hundido.


Descubierta en el siglo XX, llamada también Obelisco por el singular extremo superior en punta. Sus cuatro costados presentan glifos sobresalientes, esta pieza se asemeja a las Estelas Mayas.
Por su ubicación, seguramente se asocia a eventos realizados en la Plataforma Sur.
Se observa un personaje masculino ricamente ataviado, en la parte baja se presenta el glifo “8 flor” posiblemente el nombre del personaje



Destaca la ubicación semioculta que guarda este espacio de 50 mts por lado.
En él se efectuaron ceremonias y ritos reservados para algún grupo de alta jerarquía en la ciudad; como lo demuestra el adoratorio o altar ubicado en el centro del patio. Las construcciones localizadas en cada punto cardinal, señalan también la importancia que los Zapotecos les daban al cielo (arriba) e Inframundo (abajo





Las plantas eran un vínculo entre el cielo y la tierra. Los sacerdotes o curanderos se comunicaban con los dioses a través de diversas plantas como el maguey, la tuna o el maíz, el tabaco, los hongos, el peyote estos últimos con propiedades alucinógenas.
Además se obtenían fibras utilizadas en los textiles y en utensilios de uso cotidiano





El descubrimiento de esta tumba representó uno de los eventos más espectaculares de la arqueología mexicana. El hallazgo fue realizado en 1932 por Alfonso Caso y su equipo.
Se construyó alrededor del 800 d.c. Las paredes del sepulcro son de piedra y el techo de lajas inclinadas.
La casa quedó abandonada durante varios siglos y entre los años 1300 y 1500 d.c. la sepultura fue reabierta por un grupo de mixtecos para enterrar a otros individuos de alto rango, conservando los huesos y objetos de los señores Zapotecos. Este grupo de Mixtecos depositó sus cadáveres y colocaron una rica ofrenda compuesta por más de 400 piezas de oro, plata, cobre, turquesa, alabastro, coral, hueso, perlas, concha, cerámica, obsidiana y ámbar
Las joyas colocadas en el interior de la cámara mortuoria marcan la importancia de los personajes sepultados y es un claro ejemplo de la reutilización de los espacios funerarios Zapotecos a lo largo de varios periodos, además de evidencianr la presencia de Mixtecos en Los Valles Centrales de Oaxaca
En total se recuperaron más de 600 objetos que suponen un peso de 3,5 kilos de oro puro

Sus dimensiones son menores con respecto a los otros juegos, construido entre 600-800 d.c.
El importante ritual del hueso se vinculaba con la trayectoria de los astros como el Sol y la Luna. Asimismo, era utilizado como medio para resolver conflictos de poder, tierra o tributos.
La celebración tenía implicaciones políticas, cívicas y religiosas. Se llevaba a cabo de manera común en la Vida de los pueblos. No obstante, al parecer, la población que observaba la ceremonia era reducida y de un nivel social elevado.
A diferencia de otras áreas de Mesoamérica, no hay evidencias de una práctica de sacrificio humano relacionadas con el Juego de Pelota en Monte Albán.

Durante la época de mayor desarrollo de Monte Albán (200-800 d.c.) había una clase real que tenía el control del comercio y ejercía poder religioso, político y militar. Tal situación se ve reflejada en la arquitectura. Este Palacio construido entre los años 500-800 d.c. es uno de los más grandes y lujosos de la ciudad.
La asociación con otras construcciones, entre ellas el Juego de Pelota Chico y unidades habitacionales menores, permiten inferir que eran barrios para las clases dominantes.
El sepulcro está localizado debajo del patio.







Monte Albán monumental!!!!